jueves, 1 de septiembre de 2011

Desarrollando la alfombra para el bebé


Sábados a las 11 para bebés de 0 a 3 años.
Castelli 2050, Ciudadela.


Sobre el "método Pikler":
http://txikitxukispicomotricidad.blogspot.com/2010/05/emmi-pikler-postulados-del-instituto_8120.html

La doctora Emmi Pikler, pediatra Húngara y fundadora del instituto Pikler-Lòczy en Hungría, trabajó y demostró hace más de 60 años, la importancia de la motricidad libre en el bebé y de no ponerlo nunca en una posición que no haya adquirido por sí mismo, por su propia iniciativa y que a la vez sea capaz de abandonar cuando lo desee.

Ella demostró que la posición de espaldas es la más segura y adecuada para que el bebé inicie la construcción de sus movimientos, ya que en esta posición el pequeño se encuentra totalmente sostenido por lo que puede inicialmente mover su cabeza sin tener que soportar su peso, puede mover sus manos y mirárselas, patalear con energía.

Más adelante torcer un poco el tronco para alcanzar algún objeto interesante cercano a él, hasta que paulatinamente puede ponerse por sí mismo boca abajo, con lo que conquista otra dimensión del espacio que le dá más posibilidades de exploración, y así progresivamente podrá rotar, reptar, gatear, sentarse...

Esto por supuesto puede ocurrir sobre una base dura, ya que si es puesto siempre sobre un colchón sus movimientos se ven entorpecidos, el bebé se hunde sin poder avanzar. La ropa también debe ser lo suficientemente suelta, y cómoda que le permita moverse libremente.

Si sentamos o paramos al bebé antes de que lo haga por sus propias fuerzas, estamos forzando su postura, la que siempre será insegura e inestable, ya que ni su columna ni su sistema vascular han madurado lo suficiente para estar en posición vertical. Además generamos en el niño un sentimiento de inseguridad con el que investirá todo su actuar y sus exploraciones.

Si el bebé "ha sido sentado" y está jugando con un objeto que se le escapa de las manos, dependerá en variadas ocasiones del adulto para que le entregue nuevamente el objeto ya que él no podrá alcanzarlo por sus propios medios porque no sabe reptar o rotar. Por lo que se genera un sentimiento de incompetencia y frustación que se va instalando en la construcción del psiquismo y en todo sus ser, también le privamos del placer del movimiento y la autonomía, de conocer sus posbilidades a su propio ritmo y nosotros como adultos nos perdemos la maravilla de observar sus logros y capacidades, que al conocerlas podemos ir adecuando el espacio y los juguetes a su alrededor según los intereses del bebé acorde con el nivel de desarrollo que nos muestra.

Es importante comprender que la función motriz y especialmente la postura-motriz depende estrechamente de la maduración nerviosa, y en este sentido la maduración precede a los aprendizajes, entonces bastará que el niño observe a los adultos caminar para que el desee, por imitación, también hacerlo pero a su ritmo y en el momento que esté maduro para ello.

Por lo que en un principio la ayuda que el adulto le puede dar al niño en la construcción de su motricidad y aprendizajes debe ser indirecta. Más adelante cuando comiencen a madurar funciones más complejas como la comunicación, el lenguaje, el adulto ayudara más directamente al niño pero siempre respetando su proceso de maduración y posibilidades, estimulando su actividad autónoma y evitando totalmente el adiestramiento.

Respeto, Seguridad y Autonomía son los postulados de base del instituto Pikler-Lòczy.

EL RESPETO

Respeto por los tiempos del bebé. En cada adquisición del movimiento, tratar al bebé como una persona que tiene necesidades particulares y maneras propias de abordar y conocer el mundo. Reconociendo sus deseos y logros de manera sencilla pero significativa. Si damos tiempo al niño para que manifieste su iniciativa, su deseo de hacer y no nos adelantamos para "ayudarlo" por ejemplo, a abrocharse los botones, lo estaremos reconociendo como persona capaz.

Si un niño se ha sentido respetado a lo largo de su vida y desarrollo, también podrá respetar a los otros ya que el ejemplo que le de el adulto será fundamental. Es importante una actitud de calma y delicada para relacionarse con el bebé, e irle anticipando ciertas situaciones, como por ejemplo, antes de alzarlo decirle que lo tomaremos y esperar que el bebé deje de hacer lo que está haciendo y se conecte con nuestra mirada, así el estará dispuesto y pronto tendrá la iniciativa de cooperar con el adulto, por ejemplo extendiendo también sus brazos para que lo tomen.

LA SEGURIDAD

La seguridad afectiva es tan importante como la seguridad espacial. Si el niño sabe que está en un lugar seguro, que puede explorar a sus anchas en un espacio que conoce y con un adulto cerca que también conoce, que le habla a cierta distancia y le refleja con alegría lo que el bebé hace, pero que no le interrumpe, ni interviene a cada momento mostrándole lo que debe hacer o por que objeto debe intersarse, que va variando los juguetes cuando ya el bebé los exploró lo suficiente, que se preocupa de que estos sean simples para que el bebé pueda comprenderlos y hacer relaciones adecuadas de espacio, forma, textura, contenido, continente y no atiborra el espacio de objetos complejos llenos de luces o ruidos que confunden al bebé porque no alcanza a comprender como ni de donde surgen, por lo tanto no los puede explorar adecuadamente, más bien lo "fascinan" atrapándolo.

Son interesantes los objetos de materiales nobles, ricos en texturas y formas como pañuelos, vasijas de diferentes tamaños, pelotitas de género, muñecos blandos con forma humana muy simple. En suma, son objetos sencillos que aporten al desarrollo de los sentidos en el bebé, asi podrá relacionar su cuerpo con los objetos y el espacio, y paulatinamente a su ritmo y según su inter´s irá desarrollando su creatividad y pensamiento.

La actividad libre y autónoma en fundamental en el equilibrio afectivo y en el desarrollo del niño, le ayuda a afirmarse como persona. Si el niño se siente seguro afectivamente porque tiene un buen vínculo de apego con un adulto significativo, será un niño que puede explorar el mundo sin tanta ansiedad, con un dominio más armoniosos de su cuerpo y motricidad, sin crispaciones ni tensiones, por lo tanto tendrá la calma y la distensión corporal para observar, manipular su cuerpo, los objetos y explorar su entorno. Hacer relaciones inteligentes entre él y los objetos por lo que sus aprendizajes serán placenteros y llenos de sentido.

LA AUTONOMÍA

La autonomía como podemos ver, se basa en la relación que el niño tenga con el adulto y en la confianza mutua que surge de ésta relación.

El niño necesita confiar en la seguridad y afecto que le proporciona el adulto para poder exploar y éste a su vez al ver las capacidades del niño, el dominio que tiene de su entorno gracias a que se le ha permitido conocer con libertad su cuerpo, también confía en él y en sus competencias.

Entonces el adulto no siente que tiene que estar encima del niño para que no se lastime, si no que también tiene cierta autonomía para hacer sus cosas, aunque cerca del niño. mirándolo cada cierto tiempo. De esta manera los momentos juntos son realmente un disfrute mutuo.

La cercanía se hace más intensa durante los cuidados cotidianos, como el baño, la comida, el cambiado de ropa, ya que estos son momentos que pueden ser aprovechados para un intercambio y relación llena de afecto. Para que en estos momentos el bebé esté distendido y se pueda abrir a la comunicación con el adulto a través de la mirada, del gesto y más adelante de la palabra, es importante que la forma de manipularlo sea muy delicada, sin movimientos bruscos. Cuidando de sostener al bebé con mucha envoltura y seguridad, afirmando bien su cabeza y espalda. De esta manera durante estos momentos de cuidados cotidianos el bebé se sentirá más seguro, serán momentos que tienen un ritmo constante que en n principiio se ajustan más al bebé, pero paulatinamente se constituye en un equilibrio entre el bebé, su madre y el medio familiar.

Muy pronto los esperará con alegría ya que tendrá la oprtunidad de ir reorganizando una y otra vez su sensación de bien estar corporal la que se instalará en todo su ser, en su manera de relacionarse y en s
u apertura a la vida.

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